miércoles, 18 de marzo de 2009

Ceguera

Vivimos tan hundidos en nuestro ritmo de vida, éste que nos exige la sociedad de la que formamos parte, que nos hemos convertido en seres ciegos, vacíos, sin ideas propias, sin momentos únicamente para nosotros, puesto que nuestra cabeza siempre esta invadida por algún pensamiento o deber pendiente.
¿Cuántas veces en el último mes, nos detenemos, y hacemos algo tan simple como alzar la mirada al cielo?
Olvidamos las pequeñas (en realidad grandes) cosas que nos brinda éste sitio al que hemos llegado a adoptar como nuestro, aunque nunca lo ha sido, nadie nos lo ha dado, y sobre el que no tenemos ningún poder.
Vamos en tren, y aunque éste tenga ventanas, todos vamos mirando al suelo, o durmiendo, o leyendo estos periódicos gratuitos que tanto daño hacen a la opinión personal (básicamente porque si cada persona que va en tren, cada día lee ese periódico, únicamente dispondrá de el punto de vista que éste brinde, y lo que es peor, lo tomara por válido y verdadero).
Nunca miramos a las montañas que pasamos, que siguen siendo bonitas, aunque estén plagadas de casas; o al mar; o, como he dicho al principio, al cielo…
Estamos tan absorbidos que ni siquiera podemos ver las estrellas de noche! (Y aunque pudiéramos, apuesto a que la mayoría no lo haríamos)

Me encantan las estrellas; me encanta el azul del cielo, o el gris cuando llueve; me encantan las nubes…

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